2012, «35 años, paso a paso avanzando en derechos»

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Echar la vista atrás y ver el camino recorrido, da tanto vértigo como orgullo a todos los que de algún modo, iniciaron o nos hemos ido incorporando en esta singladura que supone ARANSBUR, cada uno con su importantísimo papel, aportación y protagonismo: Padres, niños, profesionales, colaboradores, amigos, instituciones, administraciones.

Una andadura que se inició con los pasos lentos, desorientados casi desesperados, que de forma individual dieron, en su día jóvenes parejas que recibieron, después de muchos desconsuelos, zozobras, inquietudes e interrogantes, el diagnóstico de la sordera de sus hijos.

Después del diagnóstico, el abismo, el desconcierto, la información contradictoria, los pasos, en su mayoría, perdidos en absurdos, costosos e incluso, inútiles peregrinajes, de consulta en consulta, de especialista en especialista, de colegio en colegio de ciudad en ciudad… Los niños con deficiencia auditiva, en su mayoría, pasaba su infancia en internados alejados de sus padres, abuelos, hermanos, vecinos, los menos, más afortunados o más favorecidos económicamente, recibían la atención de brillantes especialistas, de forma individual o colectiva, con reconocidas científicamente o dudosas metodologías cuasi milagrosas, de desmutización y oralización de los pequeños sordos en instituciones o gabinetes privados.

De estos aturdidos y solitarios pasos, surgieron solidas pisadas de familias decididas, en el principio de la Democracia, a exigir aspectos recogidos en la Carta Magna recién estrenada, querían la presencia de sus hijos en sus hogares, que recibieran atención especializada en materia de sanidad, educación, ocio… cerca de sus casas, de sus familias.

Al paso firme de un padre, una madre… se unió una fila de pasos decididos de otros padres y se agruparon otros pasos distintos pero que avanzaban de forma vocacional y convencida en una misma dirección, pasos de especialistas y profesionales en: educación, sanidad, tecnología, comunicación, ocio… y la fila se hizo bloque, de forma decidida, paulatina y coordinada, ha avanzado con sonoras pisadas por distintas veredas y un solo camino multidisciplinar como el diagnóstico precoz, atención y estimulación tempranas, prótesis y audífonos, implantes cocleares, ayudas tecnológicas, reconocimiento de la Lengua de Signos, rehabilitación logopédica, apoyos escolares, apoyo, asesoramiento a familias, servicios de accesibilidad… pasos en la búsqueda de soluciones contra el aislamiento comunicativo, la supresión de barreras de comunicación, el acceso a la formación, información, cultura, ocio… en definitiva pasos en pos de la integración, normalización, igualdad de oportunidades… pasos a favor de derechos fundamentales.

En este 2012, aunque el balance de los años de crisis precedentes han cerrado en positivo para ARANSBUR, no dejan de alarmarnos los efectos adversos de los pasos y decisiones políticas tomadas para esta época de austeridad de estos últimos años. Efectos perversos que inciden y golpean directamente en los derechos básicos alcanzados por el conjunto del sector de la discapacidad en general y de la deficiencia auditiva en particular. Medidas, ajustes, conversiones, adaptaciones progresivas, reformulaciones… que han alcanzado y afectado al derecho a la formación, la información el empleo… menos intérpretes de lengua de signos en asociaciones e Institutos, menos ayudas para programas y proyectos de promoción, comunicación, atención a familias, apoyo, inversión, divulgación, accesibilidad. Más incumplimiento de la legislación en materia derechos básicos. Convención de Derechos de la personas con discapacidad de la ONU, LISMI, LIONDAU, Ley 27/2007 de LSE.

Iniciábamos un 2012 repleto de incógnitas, temores y dudas sobre el devenir de un año que se anunciaba especialmente duro, con nuevas medidas de austeridad que se sumaban a los recortes, copagos, ajustes, subida de impuestos, congelación de salarios, supresión de pagas extraordinarias a funcionarios, centimazo, sin convocatorias de subvenciones ni ayudas públicas a los que se suman una inesperada trasformación de Cajas de Ahorro en Bancos que implican la fusión de numerosas entidades y la desaparición de importantes obras sociales, al que hay que añadir la aplicación de medidas en una maltrecha y mal llamada Ley de Promoción de la Autonomía Personal, que por caprichos de la política ha pasado a ser conocida como “Ley de la Dependencia” que ente otros efectos ha supuesto la merma de capacidad del movimiento asociativo en la participación y búsqueda de soluciones en el campo de la atención a la discapacidad, a favor de un dudoso modelo denominado “Derechos centrados en la persona” que pretende prestar cuidados profesionales frente a la atención familiar y personalizada de cuidadores primarios y Asociaciones y que para los niños y personas sordas supone una velada amenaza en la prestación de servicios básicos, al no estar la deficiencia auditiva considerada como factor que genere situaciones de Dependencia en quien la padece.

ARANSBUR sigue dando pasos, pasos sin avanzar, sobre el mismo terreno, continuando, ofreciendo MAS POR MENOS pero ofreciendo servicios aunque sean continuidad de los anteriores sin posibilidades económicas de introducir nuevos y necesarios programas y proyectos, salvo los que surgen de la implicación, ilusión, profesionalidad, entrega de la familia ARANSBUR.

No nos importa que a:
MÁS niños a atender, MENOS personal especializado
MÁS necesidades, MENOS recursos.
MÁS horas de trabajo MENOS retribución a los profesionales
Nos preocupa que a:
MÁS entusiasmo y dedicación = MENOSPRECIO de los poderes públicos.

José Luís Arlanzón Francés
Director de ARANSBUR

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