La experta en lengua de signos Conchita García interpreta canciones de grupos españoles y las comparte en redes
Desde hace año y medio, aproximadamente, la intérprete de lengua de signos Conchita García, del área de Sensibilización de ARANSBUR, utiliza parte de su tiempo libre en aunar dos de sus principales pasiones: la música y la lengua de signos. El resultado es que las personas sordas pueden disfrutar a través de las redes sociales (Twitter y, sobre todo Instagram) del contenido de canciones de algunos de los principales grupos de indie español y de otros estilos.
«Quiero hacer ver que es posible que haya un ocio accesible y que las personas sordas pueden disfrutar de la música a través de la interpretación, desde la que tiene sordera profunda y utiliza la lengua de signos hasta quien tiene una pérdida auditiva y se apaña con el audífono. Hay muchas personas sordas que disfrutan de la música, que sienten a través de las vibraciones».
Así, en su cuenta de Instagram, @conbrujasilse, se pueden contemplar interpretaciones de canciones de Sidonie, Amaral, El Kanka o Morgan, un homenaje a Pau Donés, Jarabe de Palo coincidiendo con su fallecimiento o el último tema del dúo Fetén Fetén con DePedro, Para olvidarte, título que signa para DB en las imágenes sobre estas líneas.
«La clave de una buena interpretación es la misma en una canción que en cualquier conversación, es decir, ponerte en el lugar de la persona que habla, en este caso, que canta, porque interpretar no es traducir, va más allá», explica Conchita García, a quien le gustaría que cualquier espectáculo llevara incluido siempre un intérprete, de manera que la cultura fuera accesible a cualquier persona con dificultades auditivas: «Sé que esto exige tiempo, dinero y, sobre todo un cambio de mentalidad sobre la sordera, que es la discapacidad invisible, que ojalá se lograra pronto».
En esto ha sido pionera la cantante manchega Rozalén, que sale habitualmente al escenario con su intérprete de lengua de signos, Beatriz Romero, que aparece siempre junto a la cantante en pie de igualdad, algo que no es habitual en estas profesionales, «que siempre estamos en un discretísimo segundo plano».
Fuente: Diario de Burgos