Una asistencia sanitaria digna e igualitaria. Esto es lo que reclama el colectivo de personas sordas y sus familiares, que sea cual sea la condición de un individuo: oyente o sordo, ir al médico no se convierta en una lucha de titanes.
Más de un paciente ha pasado por la experiencia de acudir a una cita médica, revisión o a urgencias y no llegar a comprender con exactitud las explicaciones médicas sobre su dolencia. Si a esta realidad se le suma que ese paciente es sordo, esta actividad tan cotidiana se convierte en un escoyo más a superar. Se crea una brecha social más.