Las aulas de la Universidad de Burgos acogen cada año a más estudiantes con discapacidad. De hecho, este curso se ha logrando un récord al ser 80 los alumnos matriculados, cifra que ha ido aumentando de manera progresiva en los últimos cinco ejercicios.
Marta Muñoz, que estudia 4º de Derecho, nació sorda; su familia también lo es, por lo que en su caso -asegura- «se podría decir que es genético». En 2011 inició Derecho en la UBU. «Al principio fue un poco difícil, pero a día de hoy dispongo de intérpretes de lengua de signos que me interpretan todas las clases», destaca.